Actuación de
enfermería ante una transfusión de sangre y derivados
Administrar
correctamente una transfusión sanguínea requiere dosis considerables de
habilidad y conocimiento, lo que exige estrictamente una serie de pasos
correlativos para poder controlar, detectar y solucionar cualquier anomalía que
pudiera producirse durante la transfusión.
Introducción
La sangre y
derivados se utilizan para restaurar el volumen sanguíneo, mejorar la
hemoglobina o corregir niveles séricos de proteínas.
Administrar una transfusión sanguínea exige una serie de pasos para controlar, detectar y solucionar cualquier anomalía que pudiera producirse durante la transfusión. Es necesario:
Administrar una transfusión sanguínea exige una serie de pasos para controlar, detectar y solucionar cualquier anomalía que pudiera producirse durante la transfusión. Es necesario:
- Evitar errores en la selección y
administración de los productos.
- Prevenir
y controlar posibles complicaciones
- Realización de la técnica de forma
sistemática
- Valoración del paciente durante la
realización de la técnica
- Registro de las incidencias en la
historia de enfermería
La transfusión
sanguínea es una técnica que requiere un conocimiento profundo de las bases
fisiológicas y manejo meticuloso de la atención al paciente y la aplicación
correcta de un protocolo, para fundamentalmente prevenir serias complicaciones
que pueden presentarse. Consiste en el traspaso por medio de inyección de
concentrado de hematíes u otros derivados procedentes de un donante, para
restaurar el volumen sanguíneo, mejorar la hemoglobina y la capacidad de
transporte de oxígeno y otras sustancias o corregir los niveles séricos de
proteínas.
Método
Primer paso:
Antes de extraer
una muestra de sangre hay que comprobar la identidad del paciente, así como
conocer su historia clínica. Después se enviará la muestra a laboratorio
(perfectamente identificada) para determinar el grupo, Rh y pruebas cruzadas.
Segundo paso:
Identificar el
producto. Confirmar el precinto de compatibilidad adherido a la bolsa de sangre
y la información impresa para verificar que se corresponde.
Tercer paso:
Obtener la historia
transfusional del paciente. Si es la primera vez que se le administra una
transfusión, explicarle las características del procedimiento o síntomas
subjetivos de la reacción adversa (cefaleas, escalofríos...)
Cuarto paso:
Material
(siguiente apartado)
Quinto paso:
Valoración del
comportamiento del paciente durante la técnica. Es preciso establecer el valor
basal de sus signos vitales antes de iniciada y posteriormente cada media hora.
Sexto paso:
Iniciar la
transfusión lentamente. A un máximo de 2 ml/minuto durante los primeros quince
minutos, permaneciendo junto al paciente, y así pues poder vigilar posibles
signos y síntomas típicos de reacción adversa e interrumpir de inmediato la
transfusión.
Séptimo paso:
Mantener la
velocidad de transfundir. Si no hay problemas en los primeros quince minutos,
se aumentará la velocidad a la deseada.
Noveno paso:
No añadir
aditivos al producto sanguíneo. Intentando siempre que pase solo y jamás
perforar o inyectar aire a una bolsa o sistema, ya que podemos provocar una
bacteriemia o embolia gaseosa.
Décimo paso:
Registros. Anotar
y describir las características de la transfusión practicada (producto
sanguíneo administrado, signos vitales antes y después, volumen total
transfundido, tiempo de transfusión u respuesta del paciente)
Material
- Para la extracción de la muestra: tubo de 5 ml EDTA de hemograma,
pulsera transfusional y sistema de vacío o, jeringa y aguja.
- Para la propia transfusión: aguja o catéter de gran
calibre, equipo simple de administración de sangre, equipo con filtro para
micro agregados, equipo en Y, equipo de jeringa o goteo para componentes
en la transfusión de plaquetas y equipos de transfusión con bomba
(cuando se necesite transfundir grandes cantidades de sangre de forma
rápida)
Precauciones
Si el paciente
presenta alguno de los siguientes síntomas: escalofríos,
hipotermia, hipotensión, cefalea, urticaria, dolor lumbar, dolor torácico,
sensación de calor, náuseas, vómitos o taquicardias, etc. Los
pasos a seguir:
- Suspenda la transfusión y comience
con goteo de solución salina para mantener permeable la vía venosa a fin
de seguir teniendo acceso a la circulación.
- Avisar
al médico.
- Vigilar signos vitales cada quince
minutos o según lo indique el tipo y la gravedad de la reacción.
- Administración de oxígeno, adrenalina
etc. según lo indique el tipo y la gravedad de la reacción.
- Vigilar muy de cerca ingestión y
excreción de líquidos y recoger la primera muestra de orina después de
dicha reacción.
- Comunicarlo al banco de sangre.
- Registro
de todas las incidencias.
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